1/21/2007

Para entender la mediología












Por:
César Augusto Rodríguez


Una de las primeras preguntas que aparece al hablar de mediología es: ¿trata esto sobre los medios? La respuesta es si, pero no, o no exclusivamente de los mass media. Y entenderemos los medios como aquello que esta en la mitad, entre un ayer y un hoy, entre las culturas pasadas y las futuras, entre los hombres primitivos haciendo sus cuchillos de silex, amarrando puntas de piedra a sus lanzas, haciendo marcas en huesos para registrar los días, desarrollando sus primeros ritos de tipo religioso y nosotros mismos chateando, hablando por celular, bajando canciones de Internet, viendo televisión, saliendo a una manifestación política o yendo a misa.

En todo este transcurso histórico largo, la mediología cree en la evolución de las especies y especialmente en la humana como acumuladora de saberes; lo que hace La Cultura, por tanto, y quizás en este contexto latinoamericano no sobre decir que, no cree que haya existido alguna vez un Adán y una Eva físicos, sino que estas son elaboraciones estratégicas de un cristianismo en un momento de difusión enfrentado a unas sociedades relativamente analfabetas.

El destronar a Adán y a Eva, quizás sea para nosotros un hecho poco o nada traumático, pero la mediología no se queda allí. Hará lo mismo con, en general gran parte del cristianismo, los ángeles, Mao, Freud, Marx, las ideologías (en últimas, piensa la mediología, que las religiones no son más que ideologías). Este destronamiento es una deconstrucción, no una demolición. Es decir, se van quitando las capas con cuidado, examinado que hay debajo de cada una, como en una arqueología -la mediología está emparentada con la arqueología por su método y sus objetos de estudio- Esta deconstrucción de la idea-objeto de Jesucristo, por ejemplo, significa observar que conforma hoy nuestra idea de Jesucristo, mediático, cinematográfico, televisivo, crucificado, artístico, alabado, sudarizado, observado… para darnos cuenta quien “ha metido mano” en estas ideas, por qué lo ha hecho, qué resultados se han obtenido, cuando ocurrieron y lo más importante de todo, qué se modificó en y a lo largo del proceso y dónde está o cómo era el objeto del principio, si es que alguna vez existió.

Es decir que las elaboraciones que vemos hoy, las ideas absolutas en arte, tecnología, religión, ideología, han tenido sus construcciones a lo largo de la historia, pero ha habido algo que las ha hecho cambiar, ha habido algo que ha mediado. Algo ha llegado, un Input, algo ha ocurrido en una “caja negra” –no lo hemos visto, se nos ha privado de verlo- y algo ha salido después ya terminado y en él confiamos. La mediología intenta saber que pasó en esa caja negra. Para saber qué pasó, debemos conocer bien el actual estado de cosas o un estado de un presente y comenzar a rastrear hacia atrás, a quitar capaz, a explorar esa caja negra, para llegar a un “primer” Input.

Esto requiere investigación de fuentes: contextos históricos, lo que ocurría en todos los órdenes, incluso y sobre todo en la vida cotidiana, en las pequeñas cosas. –la mediología se ocupa de baratijas, chuchearías y cosas aparentemente sin importancia. Pero la mediología no es sólo eso y no solamente trabaja mirando hacia atrás en la historia. La mediología también puede encontrarse con un fragmento de pasado remoto, más o menos indeterminado y lanzar vectores de tiempo hasta un momento más cercano o presente, con el objetivo de ver cómo se ha modificado una idea, un pensamiento una tendencia, o para ver cuál es el equivalente de esta tendencia antigua: por ejemplo observará que las culturas antiguas desarrollaban ritos elaborados con cánticos, con sacerdotes, músicas, insumos para el delirio, vestimentas para rendirle culto a una deidad cualquiera… y haciendo un rastreo, se “dará cuenta” de que hoy en hombre en su esencia antropológica no ha cambiado, el yupi más contemporáneo, la niña más play sigue operando sus imaginarios de la misma forma y en espacio análogamente iguales: ira a conciertos, vera los Gramy por televisión, tendrá ídolos musicales y les rendirá culto: conclusiones: la mediologia opera por metáforas y analogía, antropológicamente las variaciones no se dan tanto en los contenidos y maneras, como en las apariencias (de aparecer), la música es la religión del presente. Hace tribus, genera concensos. Calro que no todo es una simetría análoga absoluta. Los idolos de hoy son mutables, pasajeros. Aparecen en la pantalla, en la televisión y no en los cielos. Nueva conclusión. Las pantallas tienen connotaciones celestiales, quizás por eso la adicción que tenemos frente a ellas. Una pregunta: ¿Qué espacio le queda a la religión y a Dios? Otra pregunta: ¿Quién nos enseño que los cielos son puros para que habite Dios y la Tierra sucia o inacabada, como para que viva el Hombre? Pregunta mediológica de rastreo desde un presente a un pasado


Infortunadamente debemos decir más para la comprensión primera de la mediología. Quisiéramos quedarnos sólo en ese punto de la mediología pero no es posible. Además si bien es abarcador de lo que hace la mediología, es insuficiente para su determinación.

Para entender lo que es mediología debemos desaprender: sociología, historia, psicología, semiología (si bien son fuentes de objetos de estudio y algunos métodos de observación y trabajo) Desaprender es más difícil que aprender. Para hacer mediología hay que dejar atrás no solo estas formas de pensamiento, supestamente verdaderas, ya que constituyen un obstáculo epistemológico, como lo diría Bachelard. La mediología no “se entiende” por que lo primero que debemos hacer es pensar que esta opera de manera diferente a todo o casi todo lo que hemos visto o a lo que nos hemos enfrentado cotidianamente. Afortunadamete las cosas están cambiado, Por ejemplo gran parte de los documentales de historia, ciencia, cultura, arte, que vemos en los canales de televisión por calble tienen una clara posición mediológica, aunque nunca digan que son mediología o aunque nunca menciones a nuestros autores. Quizás este cambio nos ayude, no tanto a entender la mediología, como a comprender mejor el mundo que nos rodea y sus constantes cambios, a pensar el mundo de manera “compleja”.


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No haremos Semiotica:
La cuestión de la mediología al acercarse por ejemplo a un ritmo musical contemporáneo con raíces africanas no será el de estudiar estructuralmente las letras, no será el desciframiento iconográfico de las puestas en escena de los grupos o interpretes, no es el análisis musicológico de las melodías. Todo ello le corresponde a una semiótica en términos generales. La mediología no es pues semiótica, aunque debe valerse de ella, debe valerse de sus conclusiones como dato para ser utilizado mediológicamente.


No haremos historia
La cuestión mediológica no será tampoco observar la evolución de este ritmo hasta nuestros días examinando sus orígenes, primeros intérpretes de este género, primeros grupos, evolución de los contenidos en un sentido histórico. Pero la mediología si debe conocer estos datos acerca de cómo ha evolucionado, debe saber y conocer quienes hacían música y sobre todo el cómo la hacía. La mediología no es una historia lineal de las cosas, sólo utiliza los datos históricos que estos ya están cartografiados para usarlos mediológicamente.
Recordemos el caso de los indígenas y sus ritos… si fuera historia, caeriamos en observar como son esos ritos en esas mismas culturas hoy y que las ha hecho cambiar… este no es el punto de la mediología.

No es hermenéutica
La mediología no intentará hacer una hermenéutica de textos o productos culturales, no desea encontrar filosofías profundas en los objetos, sino detectar en cada objeto los indicios globales de cultura, como generalidades conformadoras de la sociedad occidental. La Mediología no desea encontrar el mensaje oculto por el autor en una obra, si lo hay, y ya está cartografiado, lo utilizará como dato confirmatorio de un espíritu de época. No hará la mediología esfuerzos por entender los procesos metales creadores de productos culturales, pero los podrá utilizar los datos existentes para sacar sus propias conclusiones. También podrá hacer comparaciones históricas observando las conclusiones que las filosofías o sociologías de cada época han hecho sobre la sociedad y sus objetos y de allí podrá extrapolar hasta la actualidad proyectando las observaciones del pasado sobre objetos y manifestaciones del presente en lo que aparentemente puede significar expresiones por fuera de las áreas inicialmente estudiadas. Observaciones transversales.

Su ideología es desideologizada
La mediología no intentará hacer crítica social, ideológica. La mediología es una sociología de la mediación desprovista de contenidos ideológicos, particularmente políticos y religiosos. Se desprende de todo fanatismo y exige al mediólogo desprenderse de todo fanatismo a fin de observar con transparencia a la sociedad. Por ello lo apolítico se equipara con lo irreligioso en la mediología. Por ello la mediología es amiga de ninguno ya que no se casa con ningún tipo de pensamiento de estos ordenes debido a que desenmascara a estas funciones sociales superiores poniendo al descubierto cómo aquella producción contemporánea no es más que una construcción larga que retoma y reproduce elementos del pasado reciclándolos de acuerdo a las nuevas necesidades y gracias a las nuevas tecnologías.

Se vale de lo ya investigado pero no como verdad absoluta, solo para saber que “hay por ahí”
La mediología retoma pues datos ya cartografiados. La mediología se alimenta de estudios realizados por otros y de investigaciones propias para crear un complejo y creativo mapa de conexiones. Son pues las rutas lo que metodológicamente debe construir el mediólogo, y es esa ruta ir encontrando manifestaciones que por encontrarse sobre el mismo camino estan relacionadas, estas rutas no son lineales, no van necesariamente de un punto A, a un punto B, sino que hipertextuales.

Pero, la mediología no termina allí. Al encontrar estas rutas y descubrir en ellas elementos ya cartografiados o por cartografiar, deberá construir conclusiones, la mayoría de ellas “asombrosas” en el sentido que al descubrir conexiones, revelará el por qué de las formas, contenidos y tipo de manifestaciones de toda índole. Por ello la mediología, como lo dice Régis Debray, fundador de esta disciplina, se ocupa de “bagatelas” y “chucherías”. Objetos cotidianos que normalmente no demandan atención de ninguna filosofía pasada. En estos objetos está encarnada la cultura occidental.

Retomando el ejemplo expuesto al inicio de esta introducción, y como lo afirma Régis Debray, la mediología observaría como los ritmos latinos y africanos cruzan las fronteras y se imponen en los nortes europeos o norteamericanos utilizando las tecnologías que allí se encuentran y en el mismo sentido observa ¿cómo ocurre el hecho de que espiritualidades de oriente se tomen en cuenta en sitios científicos de occidente o exista la profusión de sectas místicas, suicidios colectivos, terrorismos en medio de un ambiente urbano y electrónico?
La propuesta de la mediología es que la desaparición de las formas religiosas tradicionales propicia la creación de tapa-agujeros que aparentemente cumplen la misma función que las religiones tradicionales. Lo sagrado permanece pero transformado. La mediología entonces no examinará con metodologías de la semiótica los ritos y representaciones místicas de estas nuevas expresiones de lo sagrado, sino que las vera como índice de cambio social